Karuna Farm

Karuna farm, nuestro particular Shangrilá


Karuna son momentos, para escribir en el momento. Momentos de meditación. Sentada en una gran roca al frescor de la sombra. Sombra salpicada de luz y luz, salpicada de sombre verde, opaco, más cálido, más oscuro. Brotes verdes casi amarillos, verde, brillante, con los toques azulados del cielo, verdes fríos y verdes cálidos. De fondo un telón azulado, difuso, fundido y difuminado.

A pesar de los incendios y las caminatas nocturnas a modo de amago de evacuación Karuna es un tesoro.

Un valle entero para nosotros en donde poder practicar con técnicas ecológicas de construcción (fibra de coco, neumáticos, latas y botellas recicladas) gracias al proyecto de earthship de Alexis, y la Escuela de Yoga...

(ver vídeo próxima crónica)

Un valle entero para pintar, “hacer yoga” jugar a carrom board, leer, ver algún que otro documental, escribir, relajarse al fuego de la chimenea o pasear por sus bosques o plantaciones de bananas...









Relajarse en las cascadas, disfrutar de las comidas de Baguan en el comedor comunitario, en compañía de Pan, el extraño operador turístico de Holanda, Jon excelente haciendo pizzas y pan en el horno, el divertido Mathew con sus historietas de México y su baraja de cartas de modelos, Judith, profesora de yoga y aspirante a cantautora, con sus “leila tov” (buenas noches en hebreo) y sus canciones de “E vennu Shalom maleje” y , Erth y su novia que viven en un barco en Inglaterra, Perkás, “el rey de nepal”, excelente coordinador en la extinción de incendios, Graham, un "crak" del carrom, Gopal, el pequeño Mowli, y compañía... gente que viene y va...

Mención aparte merece Baguan, el gamberro cocinero de Karuna. Tiene 34 años, es de Manali, del norte de India, es pequeño, de cara redonda y de ojos como su cara. Con una sonrisa graciosa, un toque de cachondete, y con muchos cambios de humor. Se pasa todo el día fumado, intentando vender zumos extras para sacarse un sobresueldo.
Ir al comedor significa adentrarse en una película de Kusturica, cada día más y más risas.