Fritanga

Paper, panir pakoda




Cocinando samosas en la esquina de la post office...



Otro restaurante en Venarés, con cocina en la calle.




Todavía no cantes victoria, igual pasados más de tres meses en Varanasi seguro que pillas algo” Esta sabia frase de Silvia se ha quedado grabada en mi memoria...

De repente, un sudor frío se apodera de mi cuerpo. Antes de desmayarme consigo sentarme en lo que debía ser un puesto callejero de fruta. Diez minutos después de haber vomitado me empiezo a encontrar mejor. Como un sonámbulo consigo llegar a la habitación del hotel...

¿Habrá sido algo que he bebido? ¿algo que he comido, quizá?¿habrá sido un mareo por el ruido? ¿algo que he respirado? En Varanasi toda precaución es poca. Todo lo que tiene de mágico lo tiene también de insano.



1 comentario:

Anónimo dijo...

si es que te ponen comida delante fermín y no respondes...
un romano y vuelta a empezar, como en lo viejos tiempos, jajajajjaj


osel hito

Publicar un comentario