Bundi

200 kilómetros separan Pushkar de Bundi. Cuatro horas en autobús que nos han hecho bailar al son de la concurrida, estrepitosa y accidentada carretera. Todo el esqueleto al ritmo de los ya gastados amortiguadores, en la parte trasera de un cacharro alargado de hojalata, con cuatro ruedas y forrado con desvencijados “asientos” de cuero resquebrajado, que deja ver las tripas de esponja y hierro. Aunque nuestra ubicación podía librarnos de ver los inverosímiles e increibles adelantamientos que ocurrían un poco más alante.

Un ritmo roto y agitado, pero placentero, cuando el aire que atraviesa la ventana, dibuja las formas de tu cara, primero la nariz y después el resto de la piel. Un masaje de paz y tranquilidad que se brinda ante tus ojos. Más India...

Entretenidas las paradas para repostar y poder estirar las piernas; chai, cold water, cacahuetes a 5 rupias cocinados de sabor potente y delicioso, pakoras y katchuri,..cerdos a medio camino entre el jabalí y espinete.Y niños, niños sucios, pequeños y malgastados, que te tocan el brazo y extienden la mano diciendo;”one rupi”,”no mami,no papi”, “nanny”...con caras sonrientes llenas de fe y confusión. Hombres que permanecen plantados, con las suelas de los pies firmemente apoyadas, estáticos, que no retiran su curiosa mirada y su sonrisa de pegatina.



La esperanza al llegar a un sitio nuevo, de momento, es la misma. Un lugar romántico y adaptado a lo que en nuestro mundo conocemos como bonito, tranquilo y apacible, pero el shok sigue sorprendiendote cuando, al dejar atràs la parada de autobuses, te da la bienvenida una cantidad ingente de personas, motos, coches y camiones, vacas, ruido y polución. Si a esto le añadimos el cansancio, lo primero que me llega a la cabeza es “vuelta a la india”. Solo basta una cama para poder levantarte al día siguiente, y reprogramar de forma inconsciente la visión de la realidad en la que estás sumergido.

Efectivamente Bundi es más tranquilo que lo que hasta ahora conocemos, basta darte una vuelta para entender que los locales no te acosan para que entres a su tienda, más que nada porque no hay mucho turismo, con lo que los objetos que venden son algo incomprensibles para nosotros; recipientes de metal de todos los tamaños, puestos de telas para saris, sacos de cereales, verduras, botes rellenos de productos para aperitivos,



FUERTE DE BUNDI (IMPERIO MONGOL)

.... y si algo caracteriza a Bundi es su pintura de murales y sus pinturas de miniaturas. Auténticas filigranas sobre papel o seda que relatan las historias del Mahabarata o libros sagrados; las luchas en elefantes contra otras tribus o animales salvajes, la adoracion de grupos de mujeres a uno de sus dioses, peregrinaciones o animales sagrados...





Los alojamientos son havelis, o casas grandes donde antiguamente residían los nobles u ocasionalmente los marajás. Así, la distribución te lleva por multiples escaleras, a limpias habitaciones adornadas con bonitos motivos florales. La primera haveli o casa de huespedes a la que llegamos, estaba recomendada por la apañada guia de lonley planet que llevamos. Regentada por una familia compuesta por mujeres, se creó un clima acosador en el que se podia cortar con cuchillas la tensión, ya que daban por sentado que eramos sus huespedes y debíamos actuar como tal; comidas,ver la televisión en el salón mientras se comentan las noticias, excursiones, alquileres de vehículos, limpieza de ropa,... todo bien atado para robarnos la libertad que no estábamos dispuestos a ceder. Esto provocó justo lo contrario a sus espectativas, ni una rupia más, hasta el día que nos pidieron que nos cambiaramos de habitación porque llegaba alguien que suponemos le querría pagar más. Lo justo para marcharnos de allí y llegar a otra haveli regentada por dos ancianos hermanos que eran increiblemente amables y nos devolvieron el aliento de libertad...



27 de Noviembre. Hoy hemos alquilado unas bicicletas. Una vez más verano azul.

Una vez más nos hemos perdido para disfrutar de los parajes y de las gentes de los poblados.

Mujeres de todas las edades trabajando duramente mientras hombres impasivos dejan pasar el tiempo mirando la carretera.

Una vez más colores bien planchados y relucientes que contrastan con los duros marrones de las tierras que pican y recogen. Siempre dispuestas en parejas o en grupos, a posar, inmortalizando sus caras de foto a cambio de tirones de cámara, empujones y palmadas consistenetes en la espalda. Constuyen un lago artificial trabajando de sol a sol para el Estado por 100 rupias al día (1,65 euros), y ellas tienen suerte.



Uno de los personajes de esta historia se llama Kukki.

Su cara habla por si sola; Padre de familia, entusiasta, feliz,un niño mayor que juega a ser niño …y buscador….

Buscador de sueños, de momentos, de dioses y fantasmas, de pasados remotos, de presentes perdidos…

Y un encontrador de su frase preferida “prehistoric rock painting“.

Kukki se merece un apartado especial para él, y si algun dia visitais Bundi, no dejeis de ir a verle. Vive en una casa muy humilde, con una familia realmente encantadora, y una mujer que cocina de maravilla. Le conocereis a través de la oficina de turismo, y merece la pena compartir un día con el….

De verdad que nos hicimos amigos…y nos encantaria ayudarle a realizar el sueño de su vida: visitar las Cuevas de Altamira. Asi que si teneis alguna idea para poder subvencionarle... sólo se trata de dinero…..




















Agata bebiendo de la teta de una cabra en plena jungla.


19 de noviembre 08. Excursión en moto:







Lagos de bundi



Pintura un tanto siniestra en la pared de un templo dedicado a Shiva.



Niños en la escuela en una pequeña aldea en los alrededores de Bundi.

1 comentario:

Anónimo dijo...

bonitas, bonitas esas fotos ,ya se nota que empezáis a dejar de ser turistas...más fotos..más.

que paséis una feliz noche buena..

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